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Presentación

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HISTORIAS DE MI BARIO EN 14 COLUMNAS Testimonios ciudadanos             La Sociedad de Instrucción Primaria Antofagasta, ( SIP, Antofagasta ), Corporación de Derecho Privado, sin fines de lucro, ha considerado, a partir de este año ampliar su foco educativo abriendo un espacio de fomento a la cultura literaria, lanzando el Concurso de Cuentos denominado: “ Historias de mi Barrio, en 14 Columnas ”, una idea que apunta al rescate de nuestra identidad antofagastina, escribiendo alrededor de emblemáticos barrios, edificios y personajes antofagastinos, por ejemplo: en todo aquello que se vivió en torno al nacimiento de una Población; del aporte o existencia de personajes populares; de la transformación de esquinas y barrios;  de la metamorfosis que han tenido calles que de ser transitadas por carretas a vehículos motorizados se fue trasformando en paseos peatonales; o cómo el comercio tradicional y republicano del centro de la ciudad, fue dándole paso a un tipo de comercio má

Entre chanchos y guarenes

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ENTRE   CHANCHOS  Y  GUARENES Franklin Jorquera Salinas Imaginar estar entre chanchos y guarenes siempre produce repulsión, suena a sucio, cochino y mientras se lee es inevitable sentir un olorcillo a barro, fritanga y estiércol y aunque esta historia tiene más de  cuarenta años, es inevitable sentirlo otra vez. Curiosamente comienza con la historia de hombres que en su tiempo fueron pioneros. El ministro de la vivienda de la Unidad Popular Humberto Martones  visitaba la ciudad y la Coviefi para entregar la ampliación del plano regulador y los terrenos que dejaban de ser quintas y se convertían en terrenos habitacionales para las cooperativas de viviendas de empleados públicos, provocando la ira de algunos y el contento de los otros. La entrega de sitios se anunciaba tumultuosa. Los dueños de quintas no se resignaban a perder sus hectáreas pese a que se les entregaba las mismas dimensiones en el sector de  “La Chi

Mi barrio estación

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mi baRrio estAción Rovira Rojas Jiménez             Son tantos los vericuetos de la mente que nos transportan al pasado y cuando ese pasado ha sido glorioso, vale la pena recordarlo. Porque narrar es vivir, hacer vivir el tiempo, un tiempo donde se amaba y se vivía la vida con un dinamismo formidable. Por mi parte concuerdo con eso que dicen que todo tiempo pasado fue mejor.             Yo pisé esta tierra para echar raíces junto a mi hermana y a mi madre que por entonces a fines de 1957 heredaría una casa residencial. El único capital que teníamos era nuestra juventud toda vez que mi madre contaba con 35 años, mi hermana 15 y yo 18 años, con flamante diploma de secretaria bilingüe taquimecanógrafa, ella estaba convencida de que con ese prodigioso diploma del Iquique English College, se me abrirían todas las puertas y yo pasaría a ser el sostén de mi familia incluidos mis abuelos.             La casa había sido construida en 1920, mostraba vestigios de opulencia que

Los últimos recuerdos

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LOS ÚLTIMOS RECUERDOS Gonzalo Saavedra Romero Esa mañana la costanera lucía triste bajo un cielo nublado, no habitual en mi ciudad incluso en invierno. Tratando de ordenar mi mente, caminaba después de mucho tiempo, sin prisa por llegar a ninguna parte, mientras las calles tan olvidadas me reconocían como adivinando que ya estaba de vuelta. La luces de neón y la música se apagaron en un pestañear, dejando un silencio metálico en mis pensamientos, junto a una quietud, solo acompañada del vuelo de las gaviotas frente  al mar calmo de mi infancia, que descubro diferente en este paréntesis  en medio de mi juventud. Sentado en el primer peldaño de la escalera, contemplo una silueta pequeña, que me saluda mientras juega con un perro que salta sobre sus piernas y le exige atención, en medio de la arena blanca de la playa club. Todo el lugar era para ella, lo recorría sin prisa, mirando furtivamente hacia donde yo la observaba. La noche anterior, en medio de la soledad de e

El barrio de mi niñez

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EL BARRIO DE MI NIÑEZ Elana Moy Plaza LA ESCUELA  -  1950 Catalina se despertó muy temprano ese día, sin abrir los ojos se puso a pensar en lo que tenía que llevar al colegio: su colación, sus cuadernos, lápices, goma y sacapuntas, seguro que su mamá lo tendría todo listo; estaba impaciente y esperaba que luego su mamá le dijera que se levantara…¡su primer día de escuela! Conocería a sus compañeras de primer año. -            ¡Catita, levántate, ya estamos en la hora! Rápidamente se levantó y fue al baño a lavarse, estaba en eso cuando la mamá volvió a gritar – ¡y no juegues con el agua y el jabón, cepíllate bien los dientes! Después de un rápido desayuno, le pusieron su delantal blanco y se fueron corriendo a la Escuela que quedaba a la vuelta de su casa, ella vivía en la calle Maipú casi al llegar a Condell y la “Escuela N°2”, quedaba en Condell con Baquedano. Eran cerca de las diez de la mañana cuando la mamá de la Catita salió de la casa para ver si divi